Por Gonzalo Quintana
El acto fundacional de la democracia, que los ciudadanos eligen el gobierno, está a punto de concluir. Falta la proclamación de los que en representación del soberano, el pueblo, ejercerán el poder público.
Luego, vendrá la toma de posesión de las autoridades electas y comenzará un juego político completamente diferente. Los roles se invertirán. El más fuerte opositor a este gobierno será gobierno y el actual anuncia solapadamente sustituirlo en ese rol. No es lo ideal pero así funciona.
El nuevo gobierno, como casi en todas partes del mundo, se tragarán algunas de sus palabras, algunas promesas serán reclamadas por incumplimiento, etc. etc. El zapato aprieta de otra manera.
Todos nosotros, los paraguayos, tenemos un rol clave, vital. Meditemos sobre las palabras de John F. Kennedy en su discurso inaugural del 20/01/61. “Celebramos hoy, no la victoria de un partido, sino un acto de libertad —simbólico de un fin tanto como de un comienzo— que significa una renovación a la par que un cambio… “.
Lo importante es convertir el hábito de elegir y respetar el resultado en una tradición. Eligiendo el gobierno, los cambios que el pueblo requiere se pueden realizar sin el trauma de la violencia.
Sin embargo, siempre como ahora la libertad, democracia y el Estado de Derecho enfrenta a los que prefieren la dictadura y la arbitrariedad.

No se puede encontrar una respuesta válida al que está fuera de la ley saliéndose de ley. El Estado de Derecho se concreta cuando autoridades y ciudadanía se sujetan a la ley y sus mandatos.
El “pichón de Dictador” tratará de empujarnos con cualquier excusa a ignorar la ley y a desobedecer las decisiones de las autoridades legalmente constituidas. Este es el rol de los que desprecian la democracia y la libertad.
Nuestro rol es respaldar a las autoridades para asegurar que la ley estará vigente hasta el final. Si nos prestamos a no cumplir con la ley lograrán igualarnos, jugaremos en la cancha de la ilegalidad. Ahí juegan de local, ese es su juego.
Pero, la bronca o la zurda radical, no son las únicas amenazas. La ultraderecha también preparó el escenario para desconocer el resultado de las elecciones con el muy eficaz discurso de la conspiración globalista.
Llegaron a afirmar que la misión internacional de observadores encabezada por la Unión Europea era parte del plan globalista de convalidar los amañados resultados programados por este diabólico proyecto.
Resulto todo lo contrario, la misión le está poniendo en su lugar a los supuestos “co-conspiradores”; están pidiendo pruebas.
Estos grupos que tiemblan ante la libertad, también deberían reflexionar- sé que es un intento absolutamente inútil- sobre las palabras de JFK en el referido discurso inaugural. Dijo:
“Que sepa toda nación, lo queramos o no, que por la supervivencia y el triunfo de la libertad hemos de pagar cualquier precio, sobrellevar cualquier carga, sufrir cualquier penalidad, acudir en apoyo de cualquier amigo y oponernos a cualquier enemigo. Todo esto prometemos, y mucho más.”
Algunos de nosotros conocemos a parientes, amigos y conocidos que han decidido “pagar cualquier precio, sobre llevar cualquier carga, sufrir cualquier penalidad…por el triunfo de la libertad”.
No nos correrán ni aún con la poderosa fuerza de la mentira.