El presidente de Rusia, Vladímir Putin, visitó el sábado por sorpresa Crimea en el noveno aniversario de la anexión de la península, que Moscú fortifica a marchas forzadas ante el temor de que los combates que se libran en el este y sur de Ucrania se extiendan a ese territorio, que Kiev se propone recuperar.
El Kremlin mantuvo en secreto el viaje del mandatario hasta el último momento e incluso jugó al despiste: el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, anunció que hoy Putin solo tenía previsto participar por videoconferencia en la inauguración de un centro cultural.
El presidente ruso visitó la Escuela de Arte y el centro infantil Korsun en Quersoneso, en las afueras del puerto de Sebastopol, la principal base de la Flota rusa del mar Negro.
Según el gobernador de Sebastopol, Mijaíl Razvozháev, todo estaba dispuesto para la videoconferencia pero finalmente el presidente llegó en persona.
“En coche. Él mismo venía al volante. En este día histórico el presidente siempre está con Sebastopol y la gente de Sebastopol. Nuestro país tiene un líder increíble”, escribió el gobernador en su canal de Telegram.