Georgia Meloni se convirtió esta semana en la primera máxima mandataria italiana en dar un discurso ante el mayor sindicato de ese país, el CGIL, en 27 años, siendo la última vez que esto ocurrió el año 1996, cuando el Jefe de Gobierno de la coalición progresista Romano Prodi lo hizo. Este hecho toma un tinte especial debido a que históricamente esta organización ha tenido una tendencia hacia la izquierda, siendo Meloni una férrea representante de la derecha, algo que provocó que algunos miembros se retiraran durante su intervención.
Georgia incluso señaló que se siente acostumbrada a los abucheos desde que tiene 16 años, pero afirmó que siente respeto por el sindicato y que por eso, y pese a que sabía que no era popular entre los asistentes, decidió no renunciar a acudir. Meloni presentó durante su discurso su reforma fiscal, la cual el CGIL repudia, asegurando que dará eficiencia a la estructura tributaria, reducirá la carga fiscal y combatirá la evasión.
Uno de los puntos más fuertes de su intervención, fue su alocución sobre la “renta de ciudadanía”, la cual es considerada por muchos básicamente un subsidio el cual fue establecido por el Movimiento 5 Estrellas, de tendencia izquierdista, y el cual Meloni ha decidido eliminar. Sobre este punto dijo directamente que el programa fracasó reduciéndolo a una cuestión muy simple: la idea de que no se puede tratar igual a quienes trabajan y a quienes no.
No obstante, afirmó que desde su gestión se intentará dar incentivos a quienes contraten mujeres y madres primerizas, utilizando lo que ella llama “herramientas de conciliación” que vuelvan a tener en cuenta la composición del núcleo familiar.