El nombramiento de un deté extranjero suele generar la necesidad de recabar información en la búsqueda de conocer a fondo el perfil del entrenador que se va a contratar.
Para el reemplazo de Julio César Cáceres, que fue destituido en la semana al no darse los resultados deseados al inicio de la temporada 2023, Miguel Cardona, presidente del Olimpia, se inclinó otra vez hacia la filosofía uruguaya, en este caso Diego Aguirre, de 57 años, La “Fiera”, como lo apodan. En líneas generales de “clase A”, según la prensa deportiva.
El contrato que le ofrecieron a Aguirre es hasta fin del 2023 y con una cláusula de extensión. El mismo definió que continuará con el cuerpo técnico que lo acampañó en sus últimos trabajos. Últimamente en el Cruz Azul de México. Lo habían cesado del cargo en el 2022 tras una caída de 7-0 en un clásico ante el América.
Aguirre fue opción para dirigir la selección uruguaya, para reemplazar a Oscar Tabárez luego de Rusia 2018. Ya tiene una experiencia con la Celeste: clasificó a la Sub 20 para el Mundial de Egipto de 2009.
Su prestigio lo obtuvo básicamente con los dos títulos locales con Peñarol (3 ciclos en el Mirasol) y con la final de la Copa 2011. Una virtud que le reconoce toda la prensa deportiva uruguaya es su facilidad para llegarles a los futbolistas. Aunque también toma decisiones sorpresivas, como colocar a sus futbolistas fuera de su puesto habitual y esas apuestas le suelen salir bien.
Los equipos del charrúa suelen ser muy ordenados y prioriza la estabilidad en el sector defensivo, caracterizado en usar un parado 4-4-2 o un 4-2-3-1. Uno de sus más grandes mentores fue Óscar Washington Tabárez, a quien le pudo aprender en diversas ocasiones cuando dirigió en las categorías inferiores de la “garra charrúa”.
En Peñarol fue ídolo como jugador ya que marcó uno de los goles más importantes de la historia: el 1 a 0, en tiempo de descuento, ante América de Cali en Chile, en el tercer partido final de la Libertadores 87. Como entrenador del “carbonero”, llegó a la final de la Copa Libertadores 2011 (derrota contra el Santos).
Para que sepa el olimpista, el conductor que llega al Tricampeón de América es considerado pragmático, aunque toma decisiones sorpresivas, como poner a laterales de delanteros. En lo disciplinario parece ser poco tolerante a las faltas. Debutará ante en el clásico blanco y negro: Libertad. Y luego le espera el mayor desafío. La búsqueda de la cuarta obsesión: la Libertadores.