Por Gonzalo Quintana
“Hybris” o “hibris”, es un castigo lanzado por los dioses que se cumple en la tierra, no en el Olimpo.
Lo que está pasando en la Argentina es cómo un horóscopo, es como echar las cartas para predecir el futuro del Paraguay. ¡Hay tantos datos coincidentes!.
1. El intento permanente y sostenido de controlar el Poder Judicial para asegurar impunidad.
2. Acusar de persecución política a todo intento de investigación de hechos delictuosos recontra evidentes.
3. Manejar como títeres a Senadores y Diputados
4. Colocar un presidente al que se le da la lapicera, el bastón de mando, cuando tiene que firmar o ejecutar una orden del que le colocó en el cargo. Una vez escuche decir: “cuando ella silva, él le pone la letra”.
5. Desafiar y a la vez rogar, a todo el planeta para sostener internamente un régimen que lleva a la pobreza y al fracaso más estrepitoso económica, política, moral y socialmente a un país que tendría que estar entre los más prósperos.
Esto que pasa en la Argentina parece describir nuestro futuro cercano.
¿Se puede evitar? Creo que sí; pero no ven los que tienen que ver.
No lo ven porque está a la vuelta de la esquina y el barullo que ellos mismo arman, la mitomanía, anula la posibilidad de ver la flecha y los carteles que marcan la dirección y el destino.
Se que saben lo que es Mitomanía e Hibris, pero es para que yo no me olvide:
Mitomanía, diccionario: 1. “Tendencia o inclinación patológica a fabular o transformar la realidad al explicar o narrar un hecho”.(“el enfermo de mitomanía puede llegar a identificarse con personajes famosos de la historia y creerse uno de ellos”)
2. ”Tendencia a mitificar a una persona, una cosa o un suceso determinados.”
Hibris, Copio: “La hibris (en griego antiguo ὕβρις hýbris) es un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’ del orgullo y la arrogancia. Hace referencia (…) a un intento de transgresión de los límites impuestos por los dioses a los hombres mortales y terrenales. En la Antigua Grecia aludía a un desprecio temerario del espacio personal ajeno unido a la falta de control de los impulsos propios, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado y más concretamente por Ate (la furia o el orgullo). Como reza el famoso proverbio antiguo, erróneamente atribuido a Eurípides: «Aquél a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco».
En resumen, para resolver la crisis y reencausar la República necesitamos iniciar un proceso de sanación de dos enfermedades: la mitomanía y el hibris.
La fórmula, la receta, es simple, me lo recomendó un amigo: “sensibilización del sentido común”.
Si señor, estas dos enfermedades atacan y destruyen el sentido común. (Y es contagioso, evidentemente).
