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El volcán Cumbre Vieja en la isla española de La Palma continuó este viernes arrojando lava y humo, lo que ha provocado temor en la población y las autoridades porque la roca fundida puede expandirse en los próximos días y causar aún más destrucción.
La isla de La Palma sigue paralizada tras la erupción el pasado 19 de septiembre del volcán Cumbre Vieja, lo que provocó coladas de lava y espesas nubes de humo. A pesar de la violencia del fenómeno, hasta ahora no se han reportado víctimas o heridos.
Los bomberos y las autoridades evacuaron tres ciudades este viernes 24 de septiembre, mientras que las aerolíneas cancelaron algunos de sus vuelos debido a las enormes nubes de gas y cenizas.
A pesar de que el volcán sigue activo, el río de lava pasó de medir 600 metros de ancho a apenas cuatro metros, una reducción significativa. El 20 de septiembre, las autoridades españolas registraron un movimiento de 700 metros por hora, según la Guardia Civil.
Los flujos de lava tienen actualmente al menos 10 metros de altura y siguen destruyendo casas, cultivos e infraestructura a su paso. Según algunos expertos, estos flujos podrían durar semanas e incluso meses.
Por su parte, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, dijo este viernes en rueda de prensa que buscará la aprobación de los ministros para que La Palma sea declarada “zona catastrófica” y se pueda brindar ayuda a las personas afectadas.
Estamos trabajando codo con codo. Lo que queremos es solucionar los problemas de los afectados, los inmediatos, que están lógicamente ligados a esta emergencia, pero también los futuros; la reconstrucción de La Palma y hacer de esta una oportunidad para relanzar esta isla”, dijo Sánchez.
El Gobierno español brindará ayuda para la reconstrucción de viviendas e infraestructura pública, como carreteras, redes de riego y escuelas que han sufrido daños, así como para relanzar la industria turística de la isla.
Autoridades evacuan más ciudades ante la insistente actividad volcánica
Después de cinco días de su erupción, el volcán Cumbre Vieja siguió produciendo explosiones y arrojando lava este viernes.
Según un programa de monitoreo de la Unión Europea, cerca de 400 construcciones, entre casas, locales y oficinas han quedado destruidas por la marea ardiente y más de 7.000 habitantes fueron evacuados, aunque nadie resultó herido, según datos del sistema de observación terrestre europeo Copernicus.
La directora del Instituto Geográfico Nacional de Canarias, María José Blanco, informó este viernes que la actividad sísmica en la isla de La Palma es baja y que es probable que la lava no llegue al Océano Atlántico antes del fin de semana. Incluso, es posible que nunca llegue al mar, según dijeron algunos científicos, agregando que el volcán alterna fases intermitentes de mayor explosividad y que la columna eruptiva ha alcanzado una altura de seis kilómetros sobre el nivel del mar.
Pero así la sismicidad continúe en bajos niveles, se siguen registrando movimientos por largos periodos asociados a la actividad explosiva.
Con la amenaza aún latente y con un riesgo mayor de explosiones, las autoridades evacuaron este viernes las localidades de Tajuya, Tacande de Abajo y la parte de Tacande de Arriba y se ordenó a los residentes que se reunieran en el campo de fútbol local.
Con EFE, Reuters, AP y medios locales